Historia

CAPITULO XXV

LA CONSTRUCCIÓN DELA TORRE: PROYECTOS, CONCURSO Y CONDICIONES.

La construcción de una torre nueva para la iglesia de Santa Catalina era una de las obras de mayor envergadura que era necesario realizar, quizás por ello en el año 1546, los maestros Juan de Baeza y Juan Garnica habían calculado que era necesaria la cantidad de quinientos mil maravedíes para poder llevarla a cabo(1). Esta tasación se tendría muy en cuenta seis años más tarde, a la hora de realizar el concurso para construir la torre, pues sería la cantidad de salida.

Para la construcción de la torre se presentaron dos proyectos, uno de ellos realizado por Alonso Galdón y el otro por Pedro Mújica, y para ver cual de los dos era el más adecuado, el cura beneficiado de la iglesia, el bachiller Santisteban, junto a dos personas nombradas por el Ayuntamiento de la villa, enviaran una carta con ambos proyectos, junto a un cuestionario, al maestro Alonso de Covarrubias, que desempeñaba el cargo de veedor de las obras de la Santa Iglesia Mayor de Toledo y del Alcázar de dicha ciudad y era maestro de las obras de su Majestad, y que tras estudiar ambos proyectos, indicará cual es el más apropiado, así como las recomendaciones necesarias para su realización.

Alonso de Covarrubias “vistas las dos traças, la una y la otra son buenas, aunque con calidad y costa muy diferentes”, se decantará claramente por uno de los proyectos, el presentado por Alonso Galdón, teniendo en cuenta que “se deve labrar con moderación de las costas y del bien de la dicha iglesia”. Sin embargo, este proyecto “requiere enmiendas y apuntamientos y si el maestro ansy los siguiere, la dicha torre y lo que en ella se hiciere sera muy bastante y vistoso el edifiçio de la yglesia”. Las recomendaciones las indicará en un total de 22 “capítulos” o respuestas, a las consideraciones que se le habían hecho sobre el proyecto, y que vamos a ver a continuación(2)

El primer capítulo se refiere al tamaño de la torre, y tras observar que en el proyecto de Galdón, el cuadro de la torre ocupa “todo el hastial del ancho que tiene la yglesia por donde esta el torreon viejo de las campanas”, esto le supondría un tamaño de “quarenta y tantos pies de ancho”, lo que daría lugar a un “cuerpo de torre fuera de toda proporçion y buen corte”, provocando por otro lado demasiado gasto, por lo que recomienda que el tamaño de la torre “no sea mas de treinta y quatro pies en cuadro(3), sera muy mejor y mas vistosa para edificio de la torre y con menos gasto y con que fuese para una villa de dos mil vecinos”. Aquí vemos como Covarrubias busca que la torre sea proporcionada con el edificio, y que los gastos no sean excesivamente altos, e incluso una torre del tamaño que él recomienda, sería apropiada para una población de hasta dos mil vecinos, teniendo en cuenta que en ese momento La Solana tenía quinientos(4), se hace con una importante visión de futuro, previendo un importante aumento demográfico. En el segundo capítulo indica que el tamaño del cuadro se ha de elevar por la parte de fuera.

El tercer capítulo trata de los cimientos, indicando que éstos tienen que ser de nueve pies de grueso por debajo de la tierra y “arriba an de ser de ocho pies y de ally arriba yran en cada suelo disminuyendo lo que al dicho maestro pareciere por la parte de dentro y la parte de fuera”. En este caso se limita a indicar el tamaño de los cimientos de la base, dejando al criterio del maestro la disminución que ha de ir aplicando.

Imagen de la Torre Parroquial hacia el 1930

El cuarto capítulo es muy importante, ya que en él delimita la altura que debe alcanzar la torre. En el proyecto de Galdón alcanza los ciento sesenta pies, repartidos en el caballete de la iglesia que sube sesenta pies, mientras que lo que se ha de hacer sobre el tejado del caballete subiría otros sesenta pies “hasta encima de la cornisa del remate porque de ally arriba le han dende los balaustres y de piedra con su remate y comyenza el chapitel que a de ser de hoja de Flandes y subiría por lo menos mas de treinta y cinco pies por manera que la dicha torre sera a esta quenta muy demasiado alta”. Esta recomendación sería tenida en cuenta y en las condiciones definitivas se reduciría la altura total hasta los ciento veinte pies.

El quinto apartado se centra en el “poyo que a de correr por los lados de la portada que esta muy bien salvo que parece muy desacompañado sy no se le echasen unas molduras por lo baxo del asiento como agora va señalado, porque la costa es poca”. En el siguiente recalca lo dicho de las molduras, y que “estarían muy bien en el dicho alto”. El séptimo trata sobre la portada, que está muy bien proyectada, tanto en la obra como en su precio, aunque los dos pilares que tendría a los lados se deben juntar más con las jambas de las puertas.

En el octavo capítulo indica que la primera bóveda de la torre debe ser de dieciocho pies en “quadro y suba al alto de la dicha tribuna y aunque suba tres o quatro pies mas alto la dicha bobeda estara mejor”. En cuanto a la siguiente bóveda, donde está la ventana, esta última no estaría bien con un pilar en medio y balaustres, como ha sido proyectada, sino que debería llevara su antepecho “todo de buena cordinaçion y que las bueltas destas bobedas no sean artesonadas syno llanas, porque tan poco requyere tan costosa obra para dentro de la torre”.

Los dos capítulos siguientes se refieren a las molduras, indicando en el primero de ellos que están muy bien las molduras labradas que se piensan hacer, pero que convendría poner el en ellas “algunos dentellones(5) y ventanyllos y ovalos(6) porque es poca costay desde lo baxo paresce bien”. En cambio en el siguiente muestra su punto de vista contrario a hacer otras molduras, próximas a las anteriores, “que sera muy demasiado”, pues bastan con las ya dichas..

En el capítulo onceavo, vuelve a ser contrario a uno de los elementos proyectados: el andén, “por ser sin proposito y fuera de todo buen corte y gran desproporçion que lo que a de tener en lo alto se haga tan sin proposito en medio del cuerpo de la dicha torre”. El andén es un paseo o lonja cubierta, que podía hacerse alrededor de una iglesia o edificio, generalmente por la parte de fuera y que tenía por objeto que las personas pudieran pasear por él. Los capítulos doce, trece, catorce y dieciocho no se contestan, al hacer referencia al andén, y haber recomendado el maestro que no se construyera, mientras que al capítulo diecisiete, que trata sobre las ventanas de la torre, indica que están muy bien planificadas, y no es necesario hacer comentario alguno sobre ellas, al igual que el capítulo veinte, que aunque no indica a que hace referencia responde “que estan bien ordenados conforme al debujo”.

En el apartado quince, dice que la torre debería comenzar a ochavarse desde la “cornisa del noveno capitulo”, en el que hace referencia a unas molduras que estarían situadas en dicha cornisa, debiendo rematarse en cuadrado en las cuatro esquinas, “con sus remates del romano de buena condiçion y sus ochavos y ventanas, conforme al repartimiento de la misma traça”.

En el decimosexto capítulo, trata sobre los antepechos de las ventanas donde han de ir las campanas, recomendando que no se hagan “balaustres transparentes” porque no convienen en dicho lugar, debiendo poner unos antepechos cerrados con sus pasamanos, lo que “estara muy mejor”. En el capítulo decimonoveno vuelve a tratar sobre las campanas, indicando que el lugar donde se deben situar está muy bien dibujado en la traza, aunque en las molduras vuelve a insistir en que se deben poner dentellones, óvalos y ventanillas, “para que sea mas vistoso y no es mucha costa”.

Los capítulos 21 y 22 los responde de forma conjunta, “porque es todo una cosa mysma”, indicando que “esta muy bien en lo que toca a la buelta de horno y sus pechinas”, concluyendo que si se toman en cuenta sus recomendaciones, “sera un edificio bien concertado y con menos costa que en la traça y condiciones”, firmando su informe en Toledo el 26 de noviembre de 1552(7).

Pero ¿quien era el maestro que dio estas amplias y documentadas recomendaciones, que tanto influyeron en el proyecto final de la torre de La Solana? Alonso de Covarrubias, nacido en Torrijos en el año 1488, va a ser uno de los principales arquitectos del Renacimiento toledano. Se formó en la escuela de Enrique de Egas, donde predominaba un estilo gótico de influencia flamenca, casándose con María Gutiérrez de Egas en 1510, lo que dará un notable impulso a su carrera, al pertenecer su mujer a tan importante familia de arquitectos, alcanzando el mismo año de su matrimonio el grado de maestro, participando entre otros trabajos en la catedral de Sigüenza, el Hospital de la Santa Cruz de Toledo, la capilla de los Reyes Nuevos o los palacios arzobispales de Alcalá de Henares. Su estilo evolucionará desde el gótico hacia una arquitectura más renacentista, abandonando los cánones platerescos, en favor de unas ideas más clásicas y exentas de ornamentación, propias del Renacimiento.

En 1534 es nombrado Maestro Mayor de la Catedral de Toledo y tres años más tarde, Maestro Mayor de las Obras Reales, cargos con los que aparece en el informe que realiza sobre la torre de la iglesia de La Solana. En estos años realizará obras de gran importancia, como el Hospital Tavera, el Alcázar o la Puerta Nueva de la Bisagra en Toledo, interviniendo asimismo en la catedral de Plasencia y en el convento dominico de San Esteban de Salamanca(8), y visitando obras por toda España (Valencia, Sevilla, Valladolid,…), aunque la mayor parte de sus realizaciones se centran en la ciudad de Toledo y su provincia. A partir de la década de los cincuenta, se limitará a emitir informes y tasaciones sobre obras, como podemos ver que hace en el caso de la torre de La Solana, y acabará jubilándose en el año 1566, muriendo cuatro años después, con una edad superior a los ochenta años.

Observamos, cómo el veedor que dará los consejos técnicos para la realización de la torre de La Solana, es uno de los arquitectos más importantes no sólo del Renacimiento toledano o castellano, sino de toda España, que había evolucionado desde unos inicios platerescos hasta una visión clásica y purista de las ideas renacentistas en la arquitectura, llegando hasta un manierismo de estilo cortesano.

Una vez que el proyecto de Alonso Galdón fue el recomendado por Alonso de Covarrubias, éste maestro de cantería realizó junto a los miembros del concejo, las condiciones que debían servir de base para el concurso de la construcción de la torre, en el que como podemos ver se tuvieron muy en cuenta las recomendaciones del maestro toledano, sobre todo en lo referente a las medidas de la torre, y que le daba cierta ventaja a Alonso Galdón, aunque no le aseguraba su realización. Las condiciones, que vamos a transcribir tal y como fueron hechas en 1553, son las siguientes:

“Las condiciones con que se a de hazer la torre de la iglesia perrochial de la villa de la Solana mandada hazer por el muy noble Ayuntamiento de la dicha villa y con el parescer del muy noble Alonso de Cobarruvias maestro de las obras de su Magestad y de la Santa Yglesia de Toledo son las siguientes:

--Primeramente es condiçion quel maestro en que quyen se rematare esta dicha torre a la de hazer conforme a la traça y condiciones que yo Alonso Galdon hize entiendese que no an de quytar nada de lo debujado y traçado y si algo oviere en las condiciones mal que en la traça quel dicho maestro lo haga y no pueda quitar nada de lo debujado y traçado.

--Yten es condiçion quel dicho maestro a de eregir esta dicha torre en el hastial de la yglesia a la parte de ponyente y de treinta y quatro pies de quadro por la parte de afuera.

--Yten es condiçion quel dicho maestro a de ahondar por los cimientos hasta donde halle tierra fuerte e peña y que alli erija las paredes sobre suelo llano y nyvelado y an de tener estas paredes nueve pies de ancho hasta la flor de la tierra.

--Yten es condiçion quel dicho maestro a de subir esta torre ciento y veinte pies repartidos de la manera que estan en la dicha traça y como aqui se dira, entiendese que an de yr estas paredes hasta donde se ochava la torre hasta el segundo suelo de siete pies y medio de grueso y desde alli hasta el tercero suelo de siete pies y desde ally hasta el quarto suelo ques el de las campanas de seis pies y esto se ensanche tanto por la parte de afuera como por la de dentro.

--Yten es condiçion que desde el quarto suelo se a de ochavar la torre como en la traça esta traçada y con los remates que estan debujados y de ally suban las paredes cinco pies y medio relaxados por la parte de fuera.

--Yten quel dicho maestro haga un poyo alrededor de la torre de pie y ochava de salida que se entiende de ancho y un pie de grueso como esta en la traça la moldura.

--Yten es condiçion quel dicho maestro a de hazer una basa a los siete pies en alto de media tercia de salida de manera que la torre subira hasta ally de ocho pies de grueso las paredes de ally arriba yran de siete pies y medio como dicho es.

--Yten es condiçion quel dicho maestro a de hazer una portada en la dicha torre como esta traçada e debujada en la dicha muestra con molduras y talla como las tienen en dibujo y del ancho quel dicho Ayuntamiento de la dicha villa quisiere y conforme a el ancho vaya el alto repartido conforme a el arte de la archititura(9).

--Yten es condiçion quel dicho maestro a de hazer una bobeda de diez y ocho pies en ancho y del alto que venga con el suelo de la tribuna porque alli se a de hazer otra bobeda de diez y ocho pies de cuadra y una ventana en ella como en la traza esta debujada. A de llevar esta dicha bobeda y las quales bobedas an de ser repartidas que vayan en tres bobedas hasta el suelo de las campanas las quales dichas bobedas an de ser de buelta de horno llanas syn moldura nynguna.

Yten es condiçion quel dicho maestro a de hazer unas molduras como en la traça estan debujadas repartiendolas mas que ay desde el suelo hasta el suelo de las campanas que se entiende alquitrave(10) y friso y cornisa. El alquitrave de un pie de alto y de suso de pie y ochava(11) y la cornisa de pie y ochava y de salida otro tanto y alrededor de la torre como esta traçado y con las molduras antiguas conforme a el arte de archititura.

Yten es condiçion quel dicho maestro a de hazer en llegando al suelo de las campanas unas molduras como estan trazadas y con quatro gargolas a cada esquina una como estan debujadas porque salga el agua que se entra en el campanario y las molduras an de tener el alquytrave un pie y dos dedos y el friso de media vara en alto y la cornisa de otra media vara y otra media de salida de la manera que esta traçada.

Yten es condiçion quel dicho maestro a de hazer dos destos tablamentos sobredicho la torre ochavada de cinco pies y medio de grueso las paredes y cada ochavo una ventana de cinco pies y medio de ancho y de catorce pies en alto hasta las molduras y desde alli arriba suban las molduras y el antepecho.

Yten que a de hazer los antepechos conforme a como estan debujados y traçados de cinco pies de alto y a de elevarse tablamento de alto un pie y con la moldura que esta en la traça y con su tronera en cada ventana entiendese que son estos antepechos de las ventanas para las campanas.

Yten es condiçion que a de hazer el maestro estos cercos destas ventanas de siete hiladas y la vuelta de medio punto y a de tener de grueso media vara de macheta atandola.

Yten quel dicho maestro a de hazer por cerca de las ventanas de las campanas las molduras que estan debujadas y traçadas que es alquitrave y friso y cornisay a de tener el alquitrave media vara de alto y el friso una vara, y de alto la cornisa otra vara y con las molduras que estan traçadas y debujadas en la dicha traça.

Yten quel dicho maestro a de hazer un antepecho(12) de cinco pies de alto que tenga la moldura alta, un pie de alto y un pie y dos dedos de ancho y que haga moldura por fuera y por dentro y la vasa un pie de alto y pie y dos dedos de ancho y que haga moldura por de fuera y por de dentro y los balaustres pie y quarta de grueso y el tablamento.

Yten quel dicho maestro a de hazer los remates conforme a como estan en la traça y de una vara en alto cada uno y con sus espigas de dos dedos para que entren en el tablamento.

Yten quel dicho maestro ha de hacer todos los ornales con sus espigas de dos dedos que entren en las vasas y tablamentos para que esten fijos y tengan de barriga una cuarta y de alto una vara sin las espigas.

Yten quel dicho maestro no se fie en la boveda de buelta de horno si no que debaxo della haga cuatro pechinas e vanos en cada rincon una de dos pies de ancho y esto es para rescebir los ochavos de la torre.

Yten es condiçion que el dicho maestro a de hazer la portada y las ventanas quadradas del segundo y tercero suelo de la piedra de cuarcinos y la otra piedra toda labrada la de los molares de Alhambra y chinales y todo y las gargolas de la piedra de cuarcinos y a de hazer el dicho maestro las dichas gargolas en las postreras molduras como en la traça estan traçadas y que buele cada una dos pies y medio de cabo de con dicha torre.

Yten que el dicho maestro a de resçibir los dos suelos(13) segundo y tercero la pared de la yglesia con dos arcos cada un suelo uno, y an de llevar los arcos unas molduras antiguas y an de ser de medio punto la buelta y de ancho de quinze pies porque an de tener los pies derechos pie y medio de salida y an de tener de mocheta asta tres quartas de fryso porque para la tal pared ansi pertenece porques gruesa y alta.

Yten an de ir todas estas paredes hasta el suelo de las campanas de mampostería caen desmartillada y açercada salvo esquinas y tablamentos y portadas y ventanas y del suelo de las campanas arriba que vayan las esquinas y tablamentos y antepechos de piedra labrada como dicho es.

Y entiendese que porque esta dicha torre ha de tener çiento veinte pies de alto como dicho es, tenyendo treinta y cuatro pies de quadro que se pueden hazer desde el suelo de la tribuna arriba hasta el suelo de las campanas, dos suelos con el de las campanas y de bobedas llanas o de buelta de hornos, entiendese que han de ir estas tres bobedas repartidas conforme al arte de la archititura.

Yten quel dicho conçejo de al dicho maestro todos los materiales que se entiende cal y piedra y arena y agua y madera y clavos y espuertas y sogas y todo que se entiende grua y maromas y guyndaletas(14), todo al pie de la obra salvo el sacar de la piedra labrada que la ha de sacar el maestro.

Yten es condiçion quel dicho conçejo de al dicho maestro una casa suficiente e çerca de la yglesia en que se pueda abitar el y su familia que podran ser seis oficiales.

Yten es condiçion quel dicho conçejo de al dicho maestro todas las canteras que tocan a la piedra labrada quel es obligado a sacar libres y desembarazados de todos concejos y comendadores y que sy en algun tiempo empeçare el dicho maestro e sus oficiales a sacar piedra en cuajazmos en los molares de Alhambra que el dicho conçejo sea obligado a pagarle al dicho maestro todo lo questoviere holgando mientras se terminare si la pueden sacar como esto se entiende si hobiere impedymento en conçejos e comendadores.

Yten es condiçion quel dicho maestro en quien esta obra se rematare la a de hazer y dar acabada conforme a el contrato y condiçiones dentro de cuatro años desde el dia del remate y si no lo hiziere que el dicho conçejo pueda coger ofiçiales a su costa e de sus fiadores del arte de archititura en cualquier pueblo que los pudiere aver que sin juramento sea creydo el dicho conçejo del gasto que con los dichos artistas gastaren para poder executar en el dicho maestro e sus fiadores.

Yten es condiçion que la contia de maravedíes en que la obra se rematare se parta en quatro pagas iguales y la primera le den a el dicho maestro en dando fianzas e contento del dicho conçejo llanas y abonadas dentro de la Orden de Santiago y la segunda del dia del remate en un año, y la tercera el dia que tenga ochenta pies en alto la obra y la cuarta el dia que este acabada la dicha obra conforme a la traça y condiçiones y contratos.

Yten es condiçion que para averiguar de esta obra traça e condiçiones que para ella estan fechas se traigan dos artistas del arte de archititura juntamente con la arismetica ygeometria y pespetiva que sean abiles y suficientes conforme a estos artes para que vean sy esta fecha y acabada como la traça y contrato dizen.

Yten es condiçion que si el dicho conçejo dilatare la paga o el traer de los materiales que sea obligado a requerir a el dicho maestro quince dias antes que se le acaben los materiales o la paga que busque donde trabajar porque ellos no le pueden dar recaudo e ordeno le paguen al maestro por cada dia que holgare medio ducado y a los oficiales a cada uno tres reales y que todo el tiempo que se dilatare en dar las dichas pagas o los dichos materiales se le alarguen al dicho maestro el termino de los cuatro años.

Yten es condiçion por condiçion olvidada quel caracol para la subida de esta dicha torre a de yr en la parte y manera que en el elijimyento esta traçado y a de ser de millor canteria y de a tres pies de largo el escalon y con su moldura antigua y a de haber en el dicho caracol una puerta con una moldura romana en la estrada del dicho caracol ques en el suelo de la tribuna. Y a de cargar este caracol la mitad del sobre una pechina que a de hazer el maestro desde la torre a el estribo que esta a la plaza y a par del tercero suelo para el servicio del a de hazer una puerta de una vara en ancho.

Yten es condiçion que la ultima cubierta ques encima de las campanas do sea a de cargar el chapitel a de ser de molejones(15) de toças porque si se hiziese de bobeda reempujaria las ventanas y las toças ante el la tienen travada la dicha torre y estas toças lan de dar el dicho conçejo y labrallas y asentadas porque no tocan el arte de archititura.

Digo yo Alonso Galdon vezino de Mançanares que are esta dicha torre conforme a la muestra y condiçiones y contrato y me an de dar por la traça y condiçiones ocho ducados, los seis el dicho conçejo y los dos el maestro en quien se rematare la dicha obra y estos seis me los an de dar luego. Ha de pagar siete ducados e el maestro en quien fuere rematada la obra.

Entiendese que esta torre que esta agora fecha se ha de derrocar luego que sea rematada que no dejen della mas del anchura de la pared que a de tener la torre y esto a la parte de la plaza y con aquello liguen la torre muy bien.

Digo yo Alonso Galdon que are esta torre conforme a la traça y condiçiones muy bien acabada por quinientos mil maravedíes y para ello dare fianzas como dicho es y de la postura.

Quel maestro en quien se rematare sea obligado a su costa de derribar lo que se obre e de derribar la torre.

Los señores Alcaldes y Regidores dijeron que recibian y recibieron estas dichas condiçiones e muestra en el preçio de quynientos mil maravedíes y se asigno el remate para veinte e dos de henero de este año y mandaron que se pregone testigos Mingo Almaçan y Pedro Ximénez, vecinos desta villa, Alonso Gonzalez, Francisco Ruiz, Juan de Salazar, Juan Diaz, Juan de Castro”(16).

Una vez definidas las condiciones para realizar la torre de la iglesia de Santa Catalina, y en la primera postura que se hace para realizarla, Alonso Galdón se compromete a hacerla por la cantidad de quinientos mil maravedíes, que es la cantidad con la que se parte para iniciar el concurso sobre la construcción de la torre. A continuación los regidores del Ayuntamiento de La Solana ordenan que se pregone dichas condiciones para que los maestros de cantería interesados en realizar la torre, puedan presentar sus propuestas.

El 22 de enero de este año de 1553 se presenta ante los oficiales del Ayuntamiento, Juan Sánchez, vecino de Almagro, que bajó el precio de realización de la obra en cincuenta mil maravedíes(17). Al día siguiente, Alonso Galdón baja otros diez mil maravedíes, dejando la cantidad en cuatrocientos cuarenta mil. A continuación es Domingo de Garrucha, vecino de Valdepeñas, quien vuelve a bajar hasta los cuatrocientos treinta mil maravedíes, acabando en ese momento la segunda postura, dejando para el día siguiente la conclusión del concurso(18). Como podemos observar, los diferentes maestros de cantería que se habían presentado con el objeto de realizar la obra iban bajando la su tasación, lo que favorecía un abaratamiento de su coste.

Nuevamente es pregonado el resultado, y el día veinticuatro se reúne el bachiller Santisteban, cura de la parroquia, con los oficiales del Ayuntamiento para acabar con el concurso. Nada más comenzar este día, Alonso Galdón vuelve a bajar el precio hasta los cuatrocientos veinte mil maravedíes, comprometiéndose además, junto a Lope de Aranjuez, con el que se ha asociado para pujar por la obra, a introducir un nuevo elemento que no figura en las condiciones: la construcción de un humilladero y la reparación del “pilar de agua”, obras que tenía proyectadas el concejo y que todavía no había adjudicado, cuyas características ya hemos descrito en el capítulo anterior. Alonso Galdón que no debía estar muy seguro de las adjudicación del proyecto, baja de nuevo el precio hasta los cuatrocientos mil maravedíes, adelantándose a sus posibles competidores, siéndole finalmente adjudicado por dicha cantidad(19).

Imagen de la Torre desmochada en 10936

Las condiciones para la construcción de la torre, no sólo nos informan de cómo se debía hacer ésta, sino que como hemos podido observar se nos hace una descripción pormenorizada de su estructura, características, precio, plazos de ejecución (cuatro años), forma de pago en cuatro plazos, quienes la construyeron, su situación en la zona del poniente y con una parte mirando hacia la plaza, más o menos la misma que tiene en la actualidad, a la vez que podemos destacar la referencia que hace sobre el “torreón viejo de campanas”(20), el cual podría corresponderse con los restos hallados en la zona de la lonja, si bien algunos autores(21) consideran que estos restos pertenecen a una torre, supuestamente construida hacia finales del siglo XV, aunque hay varios indicios que nos hacen suponer que dichos restos se corresponden con la primitiva torre de la iglesia construida en el primer tercio del siglo XV. Estos indicios son los siguientes:

--En primer lugar su situación y denominación, ya que como nos indica claramente el juicio que tiene lugar en 1550 sobre la construcción de una nueva torre, a la existente con anterioridad, se le denomina “torreón viejo”, lo que nos indica que es una construcción realizada bastante tiempo atrás, a la vez que la sitúa en el lugar donde han aparecido los restos, en la lonja situada en la zona del mediodía.

--Por otro lado, aunque en 1480(22) se ordena destruir la torre, puede que ésta se desmochara destruyéndose los añadidos del comendador Mosén Diego de Villegas, que eran los que le daban cierto aspecto de fortaleza, ya que al tomar éste la torre la remodeló bastante, como se puede comprobar en la descripción que sobre la misma hay en la visita de 1478. La mayoría de estas adiciones o añadidos serían de madera, pero no así la primitiva torre, que es denominada de cal y canto, material más caro y duradero.

--En 1494 se habla de la torre mencionándose que es de cal y canto (al igual que es descrita en 1468(23)) y que está a los pies de la iglesia, situación lógica y que se corresponde con el lugar donde aparecen los restos del torreón ya que en esos momentos la iglesia terminaba más o menos a esa altura, como ya hemos mencionado en otros capítulos. Las sucesivas ampliaciones harán que la primitiva torre sea sobrepasada por la capilla del bautismo, comenzada a construir en 1531, quedando en su situación actual.

--La torre citada en 1494 no es descrita en ningún momento como de nueva construcción, ni aparece orden alguna para su edificación, algo extraño para una obra de dicha importancia, como tampoco es lógico que a dicha torre la denominen sesenta años después “torreón viejo”, lo que nos muestra que su antigüedad era superior.

--La estructura de la torre no se corresponde totalmente con las construcciones de finales del XV, siendo la subida algo más arcaizante, pudiendo corresponder perfectamente con una construcción de la primera mitad de dicho siglo. No es lógico que la práctica totalidad de las torres construidas en el Campo de Montiel a finales del siglo XVI se conserven hasta la actualidad y la de La Solana tuviera que ser reemplazada a mediados del siglo siguiente, a no ser que fuera anterior y se hubiera deteriorado por la adición y supresión de elementos superpuestos, como consecuencia de su ampliación por el comendador.

Todos estos apuntes nos conducen a pensar que el denominado “torreón viejo” se podría corresponder perfectamente con los restos del torreón aparecido en la iglesia, pudiendo datarlo en el primer tercio del siglo XV.

La construcción de la nueva torre dará lugar a numerosas vicisitudes, cambios, problemas y pleitos, pero eso lo veremos en el próximo capítulo.

NOTAS

1.ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL (AHN). Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21530. 1546. Tasación de la torre de las campanas.

2.AHN. Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por la construcción de la torre de la iglesia. Informe del maestro Covarrubias.

3.El pie es una medida de longitud usada en numerosos países, oscilando sus equivalencias desde los 23 centímetros en Francia hasta algo más de 30 en Inglaterra. El pie castellano, que es al que hacen referencia aquí, equivalía a la tercera parte de una vara, lo que suponía unas dimensiones de algo menos de 28 centímetros (ligeramente superior a los 278 milímetros y medio), dividiéndose en doce pulgadas.

4.AHN. Sección Órdenes Militares. Santiago. Libro 1085C. Visita de 1551, pág. 1146

5.Un dentellón es una especie de moldura que se suele colocar debajo de la corona de la cornisa dórica, recibiendo este nombre por su similitud con los dientes.

6.Son molduras que tiene adornos con forma de óvalos o huevos.

7.AHN. Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por la construcción de la torre de la iglesia. Capítulos del informe del maestro Covarrubias

8.CASTILLO, Miguel Ángel: Renacimiento y Manierismo en España. Historia del Arte, tomo 28. Historia 16. Madrid, 1989, pp. 65 y 66.

9.Se refiere al arte de la arquitectura.

10.El arquitrabe es la parte inferior del entablamento, que descansa directamente sobre el capitel de la columna. También se puede denominar a la parte inferior de una cornisa.

11.El termino ochava tiene en este texto dos significados diferentes: unas veces hace referencia a una parte de la torre que debía ochavarse o hacerse de forma ochavada, en la que indica que se debe hacer con ocho lados iguales, mientras que en este caso una ochava es una unidad de medida, que se corresponde con la octava parte de una vara, algo menos de diez centímetros y medio.

12.El antepecho es un pretil de piedra, ladrillo o madera, de algo más de una vara de alto, recibiendo dicho nombre porque solía llegar a la altura del pecho

13.Al hablar de suelos, se esta haciendo referencia a cuerpos o pisos de la torre.

14.La guindaleta es una especie de maroma, no muy gruesa, que se utilizaba para subir los materiales a lo alto de los edificios. El maestro Alonso de Covarrubias nos indica que recibía ese nombre por estar tejida por cinco ramales.

15.Los molejones son piedras de amolar.

16.AHN. Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por la construcción de la torre de la iglesia. Condiciones de la traza de la torre de la iglesia parroquial de la villa de La Solana.

17.AHN. Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por la construcción de la torre de la iglesia. Primera postura de Alonso Galdón para hacer la torre.

18.AHN. Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por la construcción de la torre de la iglesia. Segunda postura de Alonso Galdón.

19.AHN. Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por la construcción de la torre de la iglesia. Tercera postura de Alonso Galdón.

20.AHN. Archivo Judicial de Toledo. Santiago. Legajo 21193. Proceso del concejo de La Solana contra Lope de Aranjuez por la construcción de la torre de la iglesia. Informe del maestro Covarrubias.

21.ESCUDERO BUENDÍA, Francisco Javier: La Iglesia de Santa Catalina de La Solana (s.XII-XV). Orígenes de la villa. Ediciones Soubriet. Tomelloso, 2003, pp. 210, 212 y 213.

22.AHN. Sección Órdenes Militares. Santiago. Libro 1064C. Visita de 1480, pág. 157.

23.AHN. Sección Órdenes Militares. Santiago. Libro 1233C. Visita de 1468, pág. 71 y libro 1067C. Visita de 1494, pág. 643.